La crianza consciente no es una técnica de crianza, sino una forma de ser y conectar con tus hijos en el día a día. Es una filosofía de vida que invita a los padres a ser más intencionales, a escuchar y acompañar a sus hijos desde la empatía y la comprensión. En lugar de imponer normas de manera autoritaria, se busca guiar a los niños a través del ejemplo, la escucha activa y la validación de sus emociones.
Imagina que tu hijo tiene una rabieta en un lugar público. En vez de reaccionar impulsivamente o intentar que se calme de inmediato, la crianza consciente te invita a ver más allá del comportamiento, preguntarte qué necesita tu hijo en ese momento y responder con calma. Quizás tu hijo está cansado, abrumado o necesita un abrazo. Al acompañarlo y validar sus sentimientos, no solo ayudas a calmar la situación, sino que también fortaleces el vínculo afectivo entre ustedes.
La crianza consciente no solo transforma la relación con los hijos, sino que también tiene efectos positivos en el desarrollo de los niños y en el bienestar de los padres. Aquí te contamos los principios clave y sus beneficios.
La crianza consciente se basa en la presencia plena; es decir, en estar realmente presente en el momento, sin distracciones, para poder entender a los hijos y responder desde el respeto. La empatía es fundamental en este proceso, ya que permite a los padres ponerse en el lugar de sus hijos y ver el mundo a través de sus ojos.
Los padres que practican la crianza consciente ayudan a sus hijos a desarrollar su inteligencia emocional, una habilidad esencial para la vida. A través de la empatía y la validación de emociones, los niños aprenden a identificar y gestionar lo que sienten, a comunicar sus emociones y a desarrollar relaciones saludables con los demás.
Al practicar la crianza consciente, los padres suelen experimentar menos estrés y ansiedad, ya que aprenden a gestionar sus propias emociones y a responder de manera reflexiva. Este enfoque también contribuye a crear un ambiente familiar más pacífico y armonioso, donde los hijos se sienten seguros y respetados, y donde la relación está basada en el amor y la comprensión mutua.
La crianza consciente no significa que los niños no tengan límites. De hecho, los límites son esenciales para el desarrollo y la seguridad de los hijos. Sin embargo, en la crianza consciente, los límites se establecen con respeto y coherencia, explicando las razones detrás de ellos para que los niños los comprendan y respeten. Esto les ayuda a desarrollar su sentido de responsabilidad y a tomar decisiones de manera consciente.
Para implementar la crianza consciente, aquí tienes algunas estrategias prácticas que te ayudarán a aplicarla en la vida diaria.
1. Escucha activa y empatía: La escucha activa significa prestar atención de manera genuina a lo que tu hijo está diciendo, sin interrupciones ni juicios. Si te cuenta algo que le preocupa, muestra interés y empatía en tus respuestas. Puedes decir, “Entiendo que te sientas así” o “¿Quieres que hablemos de cómo resolverlo?”. Esta actitud valida las emociones del niño y le muestra que su voz es importante.
2. Gestiona tus propias emociones: Como madre o padre, uno de los mayores desafíos es manejar tus propias emociones en situaciones difíciles. La crianza consciente invita a practicar la pausa antes de reaccionar; por ejemplo, cuando sientas que pierdes la calma, intenta respirar profundamente y contar hasta diez antes de responder. Este simple acto puede evitar muchas tensiones y enseñar a tus hijos el valor de la autorregulación emocional.
3. Establece límites con respeto: Los límites en la crianza consciente se establecen de forma respetuosa y explicando el motivo de cada uno, para que los niños comprendan que estos límites buscan protegerlos y guiarlos. Imagina que tu hijo quiere quedarse despierto hasta tarde viendo una película. En vez de decir “No, es muy tarde”, podrías explicarle que su descanso es importante y que si se acuesta temprano, tendrá energía para el día siguiente. Este enfoque promueve la cooperación y ayuda a los niños a comprender el valor de cuidarse.
La crianza consciente se puede reforzar con algunas herramientas prácticas que ayudan a crear un ambiente de respeto y presencia plena en el hogar.
El mindfulness, o atención plena, consiste en estar completamente presente y consciente de tus emociones. En la crianza, implica tomarse un momento para respirar y centrarte antes de responder a tus hijos, especialmente en situaciones tensas, como una rabieta en público. Esta pausa te permite manejar el estrés y responder desde la calma, dando a tus hijos un ejemplo de cómo gestionar sus emociones.
La forma en que te comunicas con tu hijo marca una gran diferencia. Practica un lenguaje positivo y constructivo en lugar de usar órdenes o regaños. En lugar de decir “¡No grites!”, prueba a decir “Hablemos más bajito para que podamos escucharnos mejor”. La comunicación positiva fomenta el respeto y la cooperación, y ayuda a los niños a entender lo que se espera de ellos de una manera más amable.
Dedicar tiempo de calidad es clave en la crianza consciente. Intenta desconectarte de dispositivos y compromisos para pasar un tiempo en el que realmente puedas conectar con tu hijo/a. Jugar, conversar o simplemente compartir un momento sin distracciones fortalece el vínculo afectivo y le da a tu hijo/a la seguridad de que tiene tu atención plena. Si quieres implementear la crianza consciente en tu casa es bueno tener un espacio de juego.
La crianza consciente no solo es una manera de criar, sino una filosofía de vida que invita a los padres a crear una relación basada en el respeto, la empatía y el acompañamiento emocional. A través de la escucha activa, la gestión emocional y el establecimiento de límites respetuosos, puedes construir un entorno donde tu hijo se sienta valorado y amado. Este tipo de crianza también ayuda a los padres a encontrar calma y propósito en su rol, y les permite aprender y crecer junto a sus hijos.
Practicar la crianza consciente es un viaje continuo y no siempre es fácil, pero los beneficios emocionales y de conexión a largo plazo son inmensos. Aprovecha cada interacción como una oportunidad para fortalecer el vínculo con tu hijo/a y para ayudarlo/a a desarrollarse como una persona empática y segura de sí misma.
La crianza consciente es una forma de ser y conectar con tus hijos en el día a día. Es una filosofía de vida que invita a los padres a ser más intencionales, a escuchar y acompañar a sus hijos desde la empatía y la comprensión. En lugar de imponer normas de manera autoritaria, se busca guiar a los niños a través del ejemplo, la escucha activa y la validación de sus emociones.
Crear una rutina para bañar a tu bebé es una oportunidad para crear un vínculo emocional y sensorial que puede fortalecer vuestro vínculo afectivo.
