El agua es una bebida imprescindible para el correcto crecimiento y desarrollo de los bebés. En el organismo es el principal medio en el que se producen todas las funciones fisiológicas.
Tanto el agua mineral como la que procede del grifo pueden ser consumidas por niños y bebés, ya que ambas ofrecen importantes beneficios. No obstante, durante los primeros meses de vida el bebé no debe consumir agua, únicamente leche materna.
Es a partir de los seis meses cuando se podrá iniciar este hábito de consumir agua, bien sea de grifo o mineral, pero garantizando siempre unas condiciones mínimas de salubridad.
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Toggle¿Es mejor el agua de grifo o el agua mineral?
No hay un agua mejor que otra, todo va a depender de las características de cada caso. Si los bebés menores ya no se alimentan de la leche materna, para completar el biberón hay que usar agua embotellada de mineralización débil o bien agua de grifo hervida durante unos minutos.
Esto es de obligado cumplimiento, ya que los bebés son aún débiles, no tienen suficientemente desarrollado su sistema inmunitario. En estas condiciones es posible que aparezcan infecciones vinculadas a algunos microorganismos presentes en el agua de grifo.
Cuando pasa ese tiempo, y el bebé supera el medio año de vida, sus defensas ya son mayores, ya puede tomar agua de grifo sin problemas, siempre que esta sea de suficiente calidad.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas del agua mineral?
Esta opción es la indicada para preparar biberones y leches en polvo. Hay que escoger aguas envasadas de mineralización muy débil. Son muy convenientes porque están libres de microorganismos y agentes contaminantes. Además, aportan minerales y metales que, en función de su cantidad, pueden no ser tan saludables. Algunos de estos compuestos sí pueden perjudicar al organismo inmaduro del bebé, de ahí la obligatoriedad de una mineralización débil.
¿Qué sucede con el agua de grifo?
Una vez pasados los seis primeros meses de vida los bebés ya pueden consumir agua de grifo. Es una buena opción para reducir la generación de residuos. Además, hay que asegurarse de que las instalaciones internas de la vivienda, las tuberías, están en perfecto estado, para que no liberen sustancias tóxicas como plomo o hierro.
En las zonas costeras, el agua de grifo puede contener metales pesados. En esos escenarios se recomienda continuar con el agua embotellada hasta que el bebé crezca un poco más. Y por supuesto, en lugares donde no haya una buena potabilización, tocará acudir al agua mineral.
Agua del grifo o agua mineral para bebés, una duda que se le plantea a muchos padres pero que tiene fácil solución, pues por fortuna en España, la mayoría de territorios ofrecen aguas de muy buena calidad, tanto de grifo como embotellada.