El estrés no suele asociarse a la infancia más inicial ni a la niñez, pero la exposición continua a situaciones de este tipo puede originar problemas importantes de salud. En los bebés, por su incapacidad natural para expresar sentimientos, esta situación puede agravarse si no es detecta a tiempo. Te mostramos cuáles son los síntomas de los bebés estresados, su prevención y el tratamiento más eficaz.
Llorar es el principal método de comunicación que utilizan los bebés. Esto lleva a los padres a categorizar los lloros: saber cuándo tiene hambre, sueño o siente dolor.
En el caso del estrés, cuando llora puede estar sufriendo una situación de este tipo si mantiene una respiración irregular, ya sea retenida o acelerada; aumenta y disminuye el tono muscular; mantiene los ojos cerrados por mucho tiempo; hace giros continuos con la cabeza; bosteza o padece hipo; y presenta un aumento en la actividad física, con lloriqueos continuos que se traducen en un lloro más potente.
Las señales son graduales y confusas, pero si se alternan varias de ellas y una sensación de intranquilidad constante, es probable que el bebé esté pasando por estos momentos.
Los episodios de estrés continuados en bebés pueden provocar fallas en su desarrollo emocional y social, además de generar falta de autoestima, bajo estado de ánimo y poca capacidad para empatizar.
Los pasos a seguir para evitar que los bebés sufran estrés o ansiedad pasan por hacerles ver que se sienten atendidos, establecer rutinas de vida saludable y horarios que faciliten su descanso, alargar el máximo tiempo posible la lactancia, evitar factores ambientales como el ruido, la soledad, la oscuridad o el aislamiento y no estimular en exceso a los pequeños.
Junto con todo esto hay que promover ambientes de tranquilidad en casa, que los bebés no noten la angustia de sus padres.
Solo en casos de excepcional gravedad, cuando los padres sean conscientes de que el nivel de desarrollo de sus hijos no es el adecuado, tocará acudir al pediatra. Mientras tanto, el tratamiento pasa por las mismas fórmulas que las que se recomiendan para evitar el estrés.
Si se dan situaciones de ansiedad, hay que dedicarles tiempo a los pequeños para que se sientan queridos, practicar técnicas de relajación adecuadas a su nivel de edad y crear un clima de tranquilidad en casa para que se sientan seguros, queridos y protegidos.
La crianza consciente es una forma de ser y conectar con tus hijos en el día a día. Es una filosofía de vida que invita a los padres a ser más intencionales, a escuchar y acompañar a sus hijos desde la empatía y la comprensión. En lugar de imponer normas de manera autoritaria, se busca guiar a los niños a través del ejemplo, la escucha activa y la validación de sus emociones.
Crear una rutina para bañar a tu bebé es una oportunidad para crear un vínculo emocional y sensorial que puede fortalecer vuestro vínculo afectivo.
