Ser padre o madre implica aceptar que viviremos con la eterna incertidumbre: en el momento en que se le pierda de vista, puede pasar cualquier cosa. No queremos asustarte con una afirmación tan categórica, solo dejar claro que toda precaución es poca.
Uno de los momentos críticos es el de la alimentación. El bebé emitirá algunas señales si está incómodo, pero no siempre sabremos interpretarlas y actuar de forma acorde. Lo mejor, por lo tanto, es prevenir.
1. Opta por utensilios que te generen confianza
El mundo está pensado por adultos y diseñado para ellos, pero afortunadamente hay enseres útiles que se adaptan al contexto de bebés y niños. Ejemplo de ello es el alimentador antiahogo, que tiene una pestaña de seguridad y tapa hermética para mayor higiene.
También son útiles otros artículos como el dosificador de leche apilable, que almacena bien las dosis en sus diferentes departamentos. De esta forma, proporciona solo el líquido necesario y guarda el resto de manera segura.
Un último apunte sobre esto: bajo ningún concepto utilices biberones, chupetes u otros productos que no estén certificados. Su uso no te dará garantías.
2. Adopta la postura adecuada
Si sujetas al bebé en tu regazo cuando vas a darle de comer, procura no tenerlo demasiado acostado. Una postura muy horizontal no facilita el paso de los alimentos, así que es mejor que su cabeza esté elevada por encima de su estómago. Así también se evitará su regurgitación.
Este consejo sirve tanto cuando das el pecho como cuando usas biberón. En este último caso, tendrás que buscar el equilibrio entre que la leche salga demasiado rápido y que succione mucho aire porque el líquido no sale bien. No te preocupes, hay biberones de mucha calidad que incluso previenen los cólicos, así que se trata optar por uno adecuado y no fijarte solo en el precio.
3. Procura un ambiente óptimo
El ambiente también influye, claro, sobre todo cuando son algo mayores. A medida que se desarrollan sus sentidos, las comidas pueden hacerse más y más cuesta arriba porque reaccionarán ante todo los estímulos. Alimentarle te llevará más tiempo y esfuerzo.
Por eso es importante controlar todos los detalles del entorno. En primer lugar, es evidente que el niño necesitará vigilancia en todo momento. Pero, aunque uno o varios adultos estén presentes, hay que retirar de su alcance juguetes que no sean apropiados para su edad. Si hay otros niños en casa, esto debe quedar muy claro.
En definitiva, el alimentador antiahogo o el dosificador de leche apilable son ejemplos de utensilios óptimos para una alimentación del bebé saludable y sin riesgos. Si cuentas con lo necesario y procuras un ambiente cómodo, todo irá como la seda.