La hidratación de los bebés es un asunto esencial en cualquier época del año, pero es especialmente importante cuidar este aspecto durante el verano, ya que los niños pequeños son especialmente sensibles a la pérdida de líquidos y a daños en su piel. Te mostramos algunas recomendaciones para mantener a raya los problemas vinculados al calor y las altas temperaturas con un bebé.
Cuidado con la deshidratación, mucha precaución en las horas centrales del día
Entre las 11 y las 17 horas los bebés no deben permanecer al sol. En ese lapso de tiempo hay que buscar zonas con sombra y lo más frescas posibles. La temperatura recomendada para un bebé es entre los 22 y los 25 grados.
Los niños pequeños tienen los pies y las manos más frías que el resto del cuerpo, luego no son buenas zonas para comprobar su temperatura. Para saber si tienen calor, lo mejor es palpar el tórax y el cuello.
Por otra parte, los bebés menores de seis meses no deben acudir a la playa, y si lo hacen, es preferible que no se bañen, ya que la sal del agua, o el propio salitre del ambiente puede dar su piel. En esas ocasiones es preferible llevar una piscina hinchable para que no pase calor. En las piscinas comunes se debe evitar el cloro en la medida de lo posible.
¿Qué vestimenta han de usar los bebés?
Una de las claves para proteger a tu bebé del calor es la ropa. En primavera se puede optar por babys de algodón de colores claros, que no absorben tanto la luz. Un gorrito para proteger la cabeza es otro elemento imprescindible en los meses más calurosos.
Y en verano, cuando aprieta el sol, el bebé puede ir solo con el pañal, pero siempre a la sombra y con gorra. Los materiales más apropiados para esta época del año son el algodón y el lino, y hay que usar prendas y textiles transpirables e hipoalergénicos.
Protección solar
Otro apunte importante es el de la protección solar. Los expertos recomiendan evitar la exposición directa al sol hasta que no cumpla seis meses de vida. A partir de ahí, si va a la playa, utilizar siempre cremas con un factor elevado y mantener al pequeño en la sombra. La aplicación de protección debe ser constante.
En el apartado protección conviene no olvidar los ojos, así que siempre que sea posible es conveniente que los bebés utilicen gafas de sol infantiles de calidad. Y con respecto al uso de cremas, estas no se limitan únicamente al verano, sino que hay que usarlas durante todo el año.
Hay muchos otros consejos y cuidados para el bebé en verano, para evitar que pase calor y se deshidrate. Tienen que ver con el uso del aire acondicionado o la alimentación, incluso también para mantener alejados los insectos de su piel. Lo fundamental es mostrarse siempre atentos a sus sensaciones, que se sienta cómodo en todo momento.